- La inseguridad marítima ha alcanzado un nuevo nivel en el Golfo de México, donde plataformas petroleras de Petróleos Mexicanos (Pemex) y contratistas enfrentan ataques de piratería moderna.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CAMPECHE, CAMP.- La inseguridad marítima ha alcanzado un nuevo nivel en el Golfo de México, donde plataformas petroleras de Petróleos Mexicanos (Pemex) y contratistas enfrentan ataques de piratería moderna.
Recientemente, se volvieron a denunciar asaltos armados en la Sonda de Campeche, una de las zonas estratégicas para la producción de hidrocarburos en el país.
Sujetos fuertemente armados a bordo de lanchas rápidas irrumpieron en instalaciones marinas para despojar a trabajadores de equipos de protección personal, celulares, herramientas, carteras y otros bienes de valor. Los incidentes generaron alarma entre el personal y los proveedores que operan en esta región clave para la economía energética nacional.
Este tipo de actos no son nuevos. Desde 2016, la Secretaría de Marina (Semar) ha reconocido la existencia de ataques piratas en el Golfo de México, con patrones que se repiten: abordajes nocturnos, robos violentos y amenazas a tripulaciones civiles. En 2020 Pemex reportó más de 100 incidentes similares en sus plataformas, perpetrados principalmente por extranjeros.
Las plataformas marinas han sido blanco de grupos criminales debido a su aislamiento, valor de los equipos y escasa vigilancia. En muchos casos, las empresas afectadas no presentan denuncias formales, lo que limita las investigaciones.
Gabriel Graniel, subsecretario de Protección y Seguridad Ciudadana Zona Sur de Campeche, exhortó a los afectados a interponer las querellas formales correspondientes: “Si no existe denuncia, no hay delito que perseguir”, advirtió.
La vigilancia de estas infraestructuras recae en la Secretaría de Marina, responsable de la seguridad en instalaciones estratégicas.
Sin embargo, expertos en seguridad marítima han señalado que la extensión del litoral y la falta de tecnología avanzada dificultan una cobertura efectiva.
Esta situación no sólo se registra en territorio marítimo nacional, sino que ha afectado incluso embarcaciones civiles.
El golfo de México junto con áreas como el Golfo de Guinea se han convertido en zonas recurrentes para este tipo de delincuencia.
A medida que el crimen organizado amplía su campo de operación desde tierra hacia el mar, urgen estrategias integrales que involucren no solo a las fuerzas armadas, sino también a los sectores empresarial y judicial.
La denuncia oportuna, la inversión en seguridad tecnológica y la colaboración interinstitucional son claves para contener esta ola de delitos en aguas mexicanas, advirtió el funcionario.