- Autoridades y meteorólogos hacen un llamado a la prevención y estar preparados ante la incertidumbre de un huracán mayor, al recordar que el estado suma más de dos del último gran fenómeno hidrometeorológico.
SANTIAGO VELA
MÉRIDA, YUC.- Este día comenzó oficialmente la temporada de ciclones tropicales en la Península de Yucatán, con la anotación de que la entidad lleva 23 años sin un gran huracán.
Los primeros pronósticos de la Universidad Estatal de Colorado, en Estados Unidos, no detallan trayectorias ni la intensidad de los fenómenos.
La coordinación de Protección Civil del estado de Yucatán enfatizó la importancia de estar preparados.
La realidad es que la población yucateca está acostumbrada a los bochornos y a las lluvias, pero debe reforzar la cultura de prevención contra los fenómenos hidrometeorológicos.
El meteorólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán, Juan Vázquez Montalvo, destacó que “el estado de Yucatán lleva 23 años sin la afectación directa de un gran huracán categoría 3, 4 o 5, desde Isidore en 2002”.
Igualmente, la Península acumula también 20 años sin sufrir un impacto similar desde Dean en 2005.
Los expertos consideran que este periodo excede el promedio histórico de afectación, que es de 11 a 12 años para Yucatán y de 9 a 10 para la península.
Vázquez Montalvo recalcó la imprevisibilidad de estos fenómenos: “Nadie puede saber cuándo volveremos a ser afectados por un huracán mayor o intenso. Podrían pasar otros 23 años para Yucatán y 21 para su península sin ser afectados”.
Esta perspectiva subraya que la naturaleza no sigue calendarios fijos, y la preparación se vuelve entonces una necesidad imperante, sin importar los años transcurridos desde el último gran impacto.
Ante este panorama, la recomendación principal es una preparación constante. “Basta con que se pronostique un huracán y ese huracán nos afecte para decir que fue una mala temporada”, concluye Vázquez Montalvo.
La experiencia dicta que cada año se debe revisar el plan familiar de protección civil, asegurar techos, ventanas y tener lista una mochila de emergencia con documentos importantes, agua y alimentos no perecederos.