- El desconocimiento y la confusión prevaleció ayer entre los pocos ciudadanos que asistieron a los centros de votación en Nuevo León.
STAFF / AGENCIA REFORMA
MONTERREY, NL.- El desconocimiento y la confusión prevaleció ayer entre los pocos ciudadanos que asistieron a los centros de votación en Nuevo León, durante la primera elección para definir cargos del Poder Judicial.
Desde el inicio hasta el final de la jornada, la afluencia de votantes fue escasa tanto en el área metropolitana como en la zona rural, y personas que acudieron a las urnas reconocieron que terminaron votando al azar.
“No sé si son del PRI o son del PAN y uno quiere saber”, dijo Diana González en la casilla de la Colonia Jardines de La Pastora, en Guadalupe, “la verdad yo no me informé y nadie estamos familiarizados con este tipo de votación.
“Mejor no hubiera venido, porque elegí al que me latiera”.
Graciela Zúñiga, de 77 años, tras emitir sus votos en la Colonia Villas de Anáhuac, en Escobedo, dijo esperar que al desconocer a los candidatos, votó por “pura intuición”.
“Ojalá Dios haya guiado mi mano para que queden los mejores”, expresó.
Rosalinda Peña reprochó que la población no tiene la información necesaria para emitir sus votos.
“Estuvimos de tin marín, de do pingüé, votando”, dijo, “yo solamente conocía a uno de la lista porque nunca nos presentaron a ningún candidato”.
Incluso ciudadanos que dijeron haber buscado información previamente, reconocieron que en algunos casos votaron al tanteo.
“Donde sí tuve un poquito de duda es en unas boletas que venía que eran jueces para la parte administrativa y otros para la parte penal”, comentó Eduardo Garrés, quien votó en la Colonia Del Paseo Residencial, en Monterrey, “eso no me lo sabía, entonces, nada más puse los números al azar”.
Aunque esa casilla suele tener alta participación en elecciones, acercándose al 90 por ciento, ayer se quedó apenas con 194 votos, el 10.2 por ciento de la lista nominal de esa sección.
Esa casilla le corresponde al Gobernador Samuel García, pero no fue, pese a que durante meses presionó a los burócratas estatales de votar y acarrear a más personas.
En la mayoría de los centros de votación fue común ver más personas adultas que jóvenes.
“Son muchos nombres, se quiebra uno un poquito la cabeza: que éste, que ésta, pero era mi deber como ciudadana”, dijo María de los Remedios Acuña, quien a sus casi 80 años llegó con andaron a votar en la plaza, de la Colonia Balcones de Santa Catarina.
Para la mayoría de los votantes, no conocer a los candidatos les dejó una mala experiencia.
“Las personas que vienen ahí ni las conoce uno y, pues ¿qué hace uno?, nomás al a’i se va”, dijo Refugio Morquecho, de 85 años, en la colonia Josefa Ortiz de Domínguez, en Monterrey.
La complejidad de las boletas provocó tiempos de votación de entre 10 y hasta 30 minutos, sobre todo en los adultos mayores.
Además, en varias casillas no había sillas suficientes para que las personas llenaran de manera más cómoda las boletas, y tenían que permanecer de pie e inclinados en los espacios para sufragar.