- De mil 600 ciudadanos en la Lista Nominal de la Casilla 774 apenas se presentaron a votar ¡45!.
IVÁN SOSA / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- De mil 600 ciudadanos en la Lista Nominal de la Casilla 774, instalada en la Universidad Westhill, apenas se presentaron a votar ¡45!
En este centro escolar privado -propiedad del constructor José María Riobóo y de su esposa, la ministra en busca de ser reelecta, Yasmín Esquivel- se ubicaron, además de la básica, dos contiguas.
Entre las tres, los funcionarios tenían boletas hasta para 4 mil 800 electores, pero sólo llegaron 150, apenas el 3.1 por ciento, en su mayor parte residentes de la Zona Corporativa de Santa Fe.
En la elección presidencial de hace un año, el estacionamiento, donde suelen colocarse las urnas, estaba desbordado de votantes.
“El 2 de junio de 2024, a las 6 de la tarde se cerró la entrada, pero aquí dentro estaba abarrotado, votaron hasta el último que estaba formado y hoy, no sé… si estuvo triste o aburrido, muy desangelado”, comentó uno de los funcionarios electorales.
Como siempre, había espacio para estacionarse sobre García Ramos, la amplia calle compartida con los colegios Eton y Monteverde. Prácticamente todo la jornada estuvo vacía.
A las 9:10 horas acudió el primer elector y, unos minutos antes de cerrar, se presentaron los dos últimos.
A una de las casillas en el Westhill acudió Martha Andrade.
“Mi esposo estudió a los candidatos y ya sabía cómo iba a llenar las boletas, yo no.
“La verdad es que seguí el método ‘de tin marín’ o me guiaba por si tenían nombres mexicanos, ahora les ponen nombres de otros países, eran nueve boletas con demasiados nombres”, confió Andrade.
En la Zona Corporativa de Santa Fe hubo cuatro casillas: las tres del Westhill y una en el auditorio Montserrat de la Universidad Iberoamericana, donde los votantes dispusieron de sillas mientras llenaban las boletas dentro de las mamparas que resguardaban la discreción del voto.
En la Ibero esperaban a mil 800 votantes y asistieron alrededor de 120.
“Estudié a los candidatos y los apunté en mi celular”, comentó Luis Téllez.
Hace un año, ingresar a la casilla requería hacer filas de casi tres horas, en tanto que ayer el acceso era inmediato.
“Había muchísima gente, ahora hubo menos interés”, mencionó.
La afluencia mínima permitió al personal de seguridad de la Ibero registrar los datos de las credenciales de elector de cada ciudadano que entró por Avenida Vasco de Quiroga.
En el pueblo de Santa Fe la concurrencia fue mayor. En la Secundaria 232 votó alrededor del 10 por ciento de los mil 500 posibles, de acuerdo con estimaciones de los funcionarios de la casilla.