- Hace 35 años que se abrieron las puertas de Twin Peaks, ese pueblo chico estadounidense envuelto en misterios y crímenes.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Hace 35 años que se abrieron las puertas de Twin Peaks, ese pueblo chico estadounidense envuelto en misterios, crímenes y surrealismo que cautivó a la televisión y transformó la manera en que se abordaban las historias. Aún no se cierran.
Uno de sus creadores, el mítico David Lynch, murió en enero por complicaciones de su enfisema pulmonar. Pero la otra mitad de la dupla, Mark Frost, desliza que la serie de culto podría no haber terminado todavía.
“David y yo hablamos un par de veces sobre Twin Peaks, sobre hacia dónde podíamos ir con la historia. Creo que si surge algo que parezca correcto para expandir un poco el universo… esperaré y veré qué me sucede.
“Creo que es posible, y creo que David daría su bendición, donde sea que esté”, dice en entrevista el guionista, productor y escritor estadounidense.
Considerada una de las producciones más influyentes de la historia, estrenó en abril de 1990. Lo paralizó todo. El capítulo piloto, sobre el asesinato de una joven angelical llamada Laura Palmer (Sheryl Lee), fue visto por 34 millones de personas.
Dale Cooper (Kyle MacLachlan), excéntrico y cafeinómano agente del FBI enviado a investigar, se convirtió en un héroe para muchos. Fue los ojos del público enmedio de toda la rareza que se proponía esta atípica criatura televisiva.
Lynch y Frost develaron el lado oscuro de Estados Unidos con una historia llena de mentiras, culpas y perversiones. Su narrativa conjugaba el drama policial con el melodrama, simbolismos, sueños y terror metafísico.
“Creo que construimos algo duradero, sobre una base sólida de realidad, lo absurdo de la vida, el humor, el realismo mágico y la mitología”, opina Frost.
“No pensábamos en esas cosas conscientemente cuando la escribimos. Simplemente es así como quedó. Para mí, las historias que se basan en un fuerte sentido de la realidad mítica son las que perduran”.
Twin Peaks tuvo en aquella década dos temporadas. En 2017, llegó la tercera, Twin Peaks: El Regreso, cada vez más onírica, más paranormal. Todas aterrizaron en la plataforma MUBI recientemente.
FENÓMENO CULTURAL
¿Quién mató a Laura Palmer? se convirtió en el enigma que cautivó a toda una generación. Jefes de Estado incluidos. Una de ellas, la Reina Isabel II de Reino Unido.
A Frost se lo contó Paul McCartney. El ex Beatle tenía una encuentro con la soberana y ésta, de repente, se excusó con el músico. “Perdón, pero debo ir arriba porque esta noche nos dirán quién mató a Laura Palmer”, dijo ella.
Hay otra anécdota. En los 90, en el elevador de un lujoso hotel de Nueva York, Frost se encontró con la actriz Sophia Loren y Mijaíl Gorbachov, ex presidente de la URSS. Charlaron un poco, él dijo que hacía televisión y Loren le preguntó qué cosas.
“Cuando dije que Twin Peaks, Gorbachov abrió grande los ojos. Me miró, no hablaba ni una palabra de inglés, pero me preguntó: ¿Laura Palmer?”, evoca el escritor.
Los fans de Twin Peaks son legión, y unos de los mejores, afirma Frost. En Polonia, en Torun, este año se abrirá un museo consagrado al imaginario de Lynch, con especial énfasis en la serie.
“Lo visitaré en algún momento. Me encantaría ver lo que hicieron. La gente quiere recordar a David. Es un acto amoroso tras haberlo perdido, pienso”.
Frost no descarta escribir más libros que expandan narrativas de Twin Peaks. Quizás le pueda pedir consejo a su amigo y compañero Lynch, de quien se a veces se expresa todavía en presente.
“A riesgo de sonar místico, hablo con él. De alguna manera, todavía puedo recordarlo. Tenía un espíritu increíblemente vibrante, fuerte y alegre en vida.
“Cualquiera que lo conociera te lo dirá. Y Kyle y yo hemos hablado de esto. Ambos todavía lo sentimos”.
