- Trabajadores de al menos cinco edificios del Poder Judicial mantuvieron cerradas las instalaciones ayer.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Pese a que la mayoría votó levantar el paro, trabajadores de al menos cinco edificios del Poder Judicial (PJ) mantuvieron cerradas las instalaciones ayer, alargamiento que provocó empujones entre quienes ya quieren volver a trabajar y hasta la agresión de un administrativo, posiblemente con ácido.
Quienes se resistieron aseguraron que el acuerdo firmado el viernes por los representantes no fue publicado en medios oficiales, por lo que no les genera certeza legal.
“Hoy a las siete de la mañana el acuerdo no había salido. La base decidió que 132 cerraba”, dijo Ericka Ojeda, representante de esa sede.
“(Tememos) la falta de cumplimiento, no tanto de las mesas, sino de las represalias. Porque ellos pueden decir que no hay represalias, pero hay jueces y magistrados que, o no les han llegado las noticias, o no les importa la palabra del Presidente (del Tribunal), porque siguen amenazando a los compañeros”, denunció.
También se mantuvieron sin labores el 119, el 150, Reclusorio Sur y Norte y Juzgados Familiares de Plaza Juárez, estos últimos, sólo hasta mediodía.
Mientras una valla humana estaba frente a la puerta del 132, integrantes del Consejo de la Judicatura que estaban dentro empujaron para romper el cerco, lo que provocó jaloneos y gritos.
“Fue una provocación directa por parte de todo el Consejo, ellos fueron los que empezaron a empujar importando poco que fuéramos más mujeres que estábamos en la valla humana y un compañero con discapacidad, salió lastimado”, señaló Grisel Aguilar, trabajadora.
En Plaza Juárez, a Luis Alberto Meza le arrojaron un químico, tal vez ácido. El revuelo que provocó la agresión fue aprovechado por autoridades para abrir la sede.
“Estoy algo preocupado, porque sí traigo afectación en el ojo derecho puede ser que se me haya quemado una cornea”, contó en un video.
Para Daniel Morales, trabajador del PJ ambos hechos están relacionados con el intento por reventar el paro el 11 de junio, cuando un grupo de choque los agredió.
“Yo creo que es la manera en la que nos están buscando romper, pero como vieron que la base está firme qué más otro sustento usar que entre nosotros mismos nos estamos confrontando y conminar a que entremos”, dijo.
Encontrar las puertas cerradas fue lamentable para los usuarios.
“Estamos todos los litigantes en espera de que se abran los juzgados, relativamente sí teníamos la firme esperanza de poder salir adelante (con los pendientes)”, lamentó Francisco Pantoja, abogado.
A un mes de paro, los representantes aceptaron por mayoría el pago de dos bonos, revisar las basificaciones periódicas. No lograron el aumento salarial, su principal demanda.