- Más que un monstruo, Guillermo Del Toro define a su “Frankenstein” como una “criatura”, la creación de alguien más, algo que, piensa, provocará emoción.
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TORONTO, Canadá.- Más que un monstruo, Guillermo Del Toro define a su “Frankenstein” como una “criatura”, la creación de alguien más, algo que, piensa, provocará emoción.
“Esta versión te muestra una criatura por la percepción de la creación, de la visión, de la forma. Estamos acercándonos, desde un punto de vista literario, por acontecimientos previos, a entender que tenemos que mostrar la emoción. La emoción es el nuevo ‘punk’, y la emoción te acerca a la empatía, que es en lo que profundizo”, expresó Del Toro en entrevista.
La versión del tapatío de la clásica novela de Mary Shelley, y de uno de los mitos más importantes del terror, ya está en cines selectos del país y el 7 de noviembre aterrizará en la plataforma Netflix.
“Desde que la descubrí (a la criatura) la amé, le tuve cariño y compasión, y es lo que me dejó esta criatura, mucho afecto”, destacó Elordi, quien encarna a la estrella del filme, en eterno conflicto con su “padre”.
La narración comienza con la persecución de una criatura, poderosa pero erráticamente sentimental y pasional, quien desea confrontarse con su creador, verdugo y némesis: el Barón Victor Frankenstein (Oscar Isaac).
“Guillermo me inmiscuyó en la psique de un ser humano obsesionado con el éxito de sus ideas científicas y con el deseo profundo de crear algo a su gusto, sin pensar en el poder de la naturaleza.
“Fue confeccionando a Víctor como un ser totalmente melodramático. Yo escuchaba y el escuchaba, pero me gustaba observarlo porque me hizo apreciar a mi personaje como un ser atormentado, más que un villano”, contó Isaac.
En la historia, la criatura se enfrenta a los tripulantes de un barco atrapado en un iceberg, el cual es liderado por el Capitán Anderson (Lars Mikkelsen), quien desea proteger al gravemente herido y perseguido barón.
Tras matar a seis y casi hundir al navío en las aguas del Polo Norte, a la criatura le disparan hasta que se hunde… el barón explica que retornará y es ahí donde empieza su relato sobre cómo nació y por qué desea un encarnizado enfrentamiento.
“Hay una lucidez y brillantez única en la manera en que este Frankenstein está abordado y tiene que ver con la percepción de Guillermo sobre las relaciones entre padres e hijos.
“Cuando me habló de esa simbiosis que tuvo con su papá, y de esas reconciliaciones que tuvo con él, fue que entendí cómo fue que se dejó llevar por la imaginación y su formación emocional para darnos a dos personajes que van de lo repulsivo a lo amable, porque los puedes amar, pero nunca odiar, ¿o si?”, apuntó Christoph Waltz (Henrich Harlander).
En Frankenstein, el tapatío profundiza en la ilusión de crear a un ser vivo, y en la decepción de que éste no cumpla con sus expectativas; le da poder y belleza según su visión, pero lo convierte en un ser repulsivo que es odiado.
Mia Goth estuvo a cargo de la representación de Lady Elizabeth Harlander, la prometida de Victor, quien desarrolla sentimientos contradictorios hacia la criatura y quien, al parecer, es la única que lo comprende, al perseguido ser.
“Elizabeth da una apariencia de fragilidad muy precisa, pero su carácter se muestra a través de sus decisiones y eso fue lo que me cautivó de este personaje”, opinó Goth.