- Los cambios de comportamiento repentinos de, al menos, ocho niños llevaron a sus padres a descubrir que habían sido golpeados por una de las maestras.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Los cambios de comportamiento repentinos de, al menos, ocho niños inscritos al Centro de Desarrollo Infantil (Cendi) “Gloria Leduc Agüero” del Poder Judicial de la Ciudad de México llevaron a sus padres a descubrir que habían sido golpeados por una de las maestras, acusaron.
“Lo que aquí nos exalta y nos da mucho coraje es que siendo la casa de justicia, siendo un tribunal de lo familiar, no velen ni siquiera por los intereses, por los derechos de las niñas y niños”, reprochó Sandra Salazar, mamá de una de las afectadas.
Durante una manifestación que realizaron ayer afuera del Cendi, en el Centro, exigieron el cese de la supuesta agresora, de la directora del Cendi y de la psicóloga, ya que estas dos últimas, aseguran, estaban enteradas del caso y no actuaron conforme a los protocolos.
Sandra no entendía porqué su hija de dos años y medio tuvo un retroceso repentino en el control de sus esfínteres y se ponía a llorar y a temblar cuando tenía que ir al baño, hasta que otra niña reveló que la maestra Lulú le había pegado y, al preguntarle con señas, la menor lo confirmó.
La misma niña también vio cómo le pegaron al hijo de Estefanía Segura, quien dio los pormenores de la salud de su niño, debido a que cuenta con una válvula de derivación ventriculoperitoneal por un padecimiento de nacimiento y un golpe en la cabeza le podría causar la muerte.
Contó que su mismo hijo le expresó: “Mamá, Lulú pegaste”, señalando su cabeza.
En oficios que enviaron a la directora de ese Cendi, Alicia Hernández Reyes, y al líder del Sindicato Único de Trabajadores del PJCDMX, Diego Valdez Medina, las mamás y los papás de los infantes agredidos, y los de una menor que fue testigo, denunciaron lo ocurrido.
Los hechos ocurrieron en mayo, cuando una de las maestras se fue de incapacidad y los menores comenzaron a manifestar comportamientos como: miedo a ir a la escuela, descontrol de esfínteres, pesadillas, enojo y algunos acusaron a la maestra Lulú de pegarles.
Al hablar con la directora se dieron cuenta de que el caso de sus hijos no era aislado, sino que había más infantes que lo estaban padeciendo.
La directora, señalaron los padres de familia, no puso en marcha los protocolos ante violencia y sólo cambiaron de actividad a la acusada.
Asimismo, temen que esté siendo protegida debido a que, aseguran, es familiar de una magistrada del Poder Judicial local.