- En lugar de criminales sofisticados o genios del engaño, Me Late Que Sí, serie que llega hoy a Netflix con seis capítulos, presenta a seres humanos al borde del colapso moral.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- En lugar de criminales sofisticados o genios del engaño, Me Late Que Sí, serie que llega hoy a Netflix con seis capítulos, presenta a seres humanos al borde del colapso moral y emocional que se ven empujados a desafiar un sistema en el que la trampa ya no es sólo una opción, sino la norma.
José Luis Conejera (Alberto Guerra) es un gerente de nivel medio en la Lotería, quien soñó con ser piloto de carreras y ahora vive su anhelo a través de Karen (Jesusa Ochoa), su hija con Laura (Ana Brenda Contreras), y quien es su ancla para escucharlo ante todos sus problemas económicos.
Harto del abuso de poder de su jefe, Alfredo Tarto (Christian Tappan), Conejera armará un plan para secuestrar el premio gordo de 160 millones de pesos gracias a sus tácticas de convencimiento y manipulación, como un incendio provocado.
Así, reunirá a su equipo para realizar el atraco: Lina (María José Vargas), Charly (Luis Alberti) y los hermanos Gilberto y Mario Velasco (Aldo Escalante y Jero Medina, respectivamente).
“Hay algo que es increíble en retratar la vida de gente, a lo mejor extraordinaria muchas veces, que tienen vivencias completamente distintas a las que uno vive como ser humano y actor, eso es maravilloso.
“El otro lado también es maravilloso, poder prestarte para un ser humano con el que tienes tantas cosas en común porque es igual de ordinario que tú, tiene los mismos tipos de sueños, las mismas preocupaciones, responsabilidades, anhelos y demás”, dijo Guerra, en entrevista.
Bajo la dirección de Federico Veiroj y Rodrigo Santos, la historia está inspirada en aquel fraude que ocurrió el 22 de enero de 2012 durante el sorteo Melate 2 mil 518, en el que hubo un montaje planeado para quedarse con 160 millones de pesos de Pronósticos para la Asistencia Pública.
“Lo más difícil para los actores es interpretar personajes comunes, ordinarios y que estén bien interpretados, porque pueden caer en una línea muy baja, en lo muy coloquial. Eso es importante para contar bien la historia y cosas que sucedieron de cierta forma parecidas a la serie”, afirmó Tappan.
“Estamos jugando con ese sistema que nos corrompe y que corrompe tanta gente. Ese sistema que lastima y oprime tanto, que obliga a tantas cosas y que de alguna manera lúdica, con mucho ingenio y fe, estos personajes lo logran”, comentó Alberti.
La serie, que se mueve entre la sátira y el drama, despliega el miedo al fracaso, el desespero por la supervivencia y la moral puesta a prueba en cada paso.
“Te preguntas qué tan válido es, qué tan variadas son estas motivaciones o de dónde fueron creadas”, reflexionó Escalante.
“El sistema mismo impulsa a los personajes a hacer lo que hacen, cada quien desde su anhelo… no hay suficiente dinero para esos sueños y la cuestión es de oportunidades”, agregó Medina.
Cada uno de los personajes está profundamente marcado por las circunstancias que los rodean, pero también por sus propios deseos y contradicciones.




