- La laguna es un sistema tan frágil que las lluvias atípicas de la tormenta tropical “Cristóbal” el año pasado provocaron el cambio de la tonalidad.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.- Existen herramientas para explorar y entender lo que está ocurriendo con la Laguna de Bacalar para luchar por su conservación, pero es necesario juntar a la gente que tenga los conocimientos necesarios, coincidieron especialistas en una reunión virtual para hablar de la situación que atraviesa esta emblemática laguna de los siete colores.
Se requiere también del apoyo de la población y contar con los recursos económicos suficientes para organizar un plan de rescate que, además, es urgente, afirmaron.
En la charla denominada “Diagnóstico preliminar de los efectos de las lluvias atípicas en la Laguna de Bacalar durante 2020” se plantearon sugerencias para su recuperación y conservación por parte del Comité de Ciudadanos y Científicos en PRO de la Restauración y Preservación de la Laguna de Bacalar y el Sistema de Cuenca de la Península de Yucatán.
El biólogo Manuel Elías Gutiérrez refirió que Bacalar es un sistema complejo y grande que requiere para su análisis un enfoque multidisciplinario para interactuar y ver la manera de preservarlo en óptimas condiciones. Incluso, dijo, se ha hablado mucho del daño a los estromatolitos y pese a las publicaciones en medios de comunicación no se ha logrado permear el llamado a cuidarlos. Falta mucho por saber.
Expuso que la laguna es un sistema tan frágil que las lluvias atípicas de la tormenta tropical “Cristóbal” el año pasado provocaron el cambio de la tonalidad y no se ha recuperado, ya que las precipitaciones se mantuvieron por varios meses.
“Debemos conocer y saber para tomar las acciones correctas de conservación de esta laguna, es una situación difícil, desde hace cuatro años no se reciben recursos pese a meter proyectos, y con la extinción de los fideicomisos (menos). Estamos a tiempo de hacer algo, si se puede recuperar, pero es una acción no nada más de unos cuantos”.
En tanto, Héctor Hernández Arana, del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), recordó que Bacalar recibe agua a través de flujos superficiales y subterráneos. El agua de la laguna tiene dos direcciones de movimiento y es en la zona norte de este lugar donde más cambios de coloración han ocurrido en los últimos 20 años.
“Estos colores tan apreciados azules se debe a que podríamos pensarla como un agua pura, tiene escasez de sustancias disueltas y de partículas en suspensión. El cambio de color ocurre porque el agua arrastró a través de la selva, de tierras de cultivo, de carreteras, asentamientos humanos, y trae consigo sustancias disueltas y partículas en suspensión”.
Abundó que las sustancias disueltas van desde pigmentos de plantas hasta otras que tienen nitrógeno y fósforo, y que sirven de alimento para las microalgas o bacterias.
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