Crean refugios para salvar pesca

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Crean refugios para salvar pesca
  • Diversas pesquerías en aguas mexicanas han estado sometidas en las últimas décadas a una creciente presión, además de por los efectos del cambio climático y la contaminación, por la sobreexplotación de recursos.
VÍCTOR OSORIO / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Diversas pesquerías en aguas mexicanas han estado sometidas en las últimas décadas a una creciente presión, además de por los efectos del cambio climático y la contaminación, por la sobreexplotación de recursos, la captura ilegal —que representa hasta el 40 por ciento del total, según algunas estimaciones— y la insuficiente vigilancia.

Como una medida para enfrentarla, se creó hace 17 años la figura de Zonas de Refugio Pesquero (ZRP), destinadas primordialmente a garantizar la reproducción y supervivencia de especies de interés comercial.

No son una “bala de plata”, una solución mágica para los problemas del sector, pero han demostrado ser una herramienta muy útil para la recuperación de especies de importancia comercial, y también de hábitat y de tejido social, señala Miguel Rivas, director de Santuarios Marinos de Oceana en México.

En entrevista, destaca que ponen en juego el conocimiento empírico de los pescadores y que en varios casos ha logrado establecer círculos virtuosos que involucran a las comunidades, a la academia, a organizaciones civiles y a autoridades.

“Los refugios son una más del pool de herramientas de recuperación pesquera, que favorecen que haya más peces en el mar. Debe haber más peces en el mar para que más gente pueda vivir de este recurso, ya sean peces, crustáceos, moluscos, lo que sea de interés pesquero”, señala.

“Esta herramienta se debe conjuntar con otras. No es una bala de plata. Es una herramienta que funciona sólo si la comunidad está 100 por ciento comprometida y si tiene apoyo de la autoridad estatal y federal”.

La figura de ZRP fue establecida en 2007 en la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, que las define como “las áreas delimitadas en las aguas de jurisdicción federal, con la finalidad primordial de conservar y contribuir, natural o artificialmente, al desarrollo de los recursos pesqueros con motivo de su reproducción, crecimiento o reclutamiento, así como preservar y proteger el ambiente que lo rodea”.

Dos años después, la Norma Oficial Mexicana NOM-049-SAG/PESC-2014 definió el procedimiento para establecer ZRP.

De acuerdo con el mismo, las ZRP se crearán a solicitud de personas físicas o morales interesadas, quienes deberán presentar un estudio justificativo, y corresponderá a la Secretaría de Agricultura, previo aval de la Conapesca y del Inapesca (ahora Imipas), aprobar su establecimiento y publicar el acuerdo correspondiente en el Diario Oficial de la Federación.

Las ZRP podrán ser de cuatro tipos: total permanente, total temporal, parcial permanente y parcial temporal. Las temporales tienen vigencia de 5 años, renovables.

En las totales permanentes no puede llevarse a cabo ninguna actividad de pesca comercial, deportivo-recreativa o de consumo doméstico de ninguna especie. En las parciales temporales sólo podrá llevarse a cabo actividades de pesca de una o varias especies, durante un periodo de tiempo definido y únicamente con artes o métodos de pesca específicos de carácter altamente selectivo.

La primera ZRP se decretó hasta 2012, en el corredor San Cosme-Punta Coyote, en la costa occidental de Baja California Sur. Su declaratoria ha sido renovada en dos ocasiones y sigue vigente.

Hasta ahora han sido declaradas 43 ZRP en 5 entidades (BCS, Sonora, Sinaloa, Yucatán y Quintana Roo), para proteger a más de 130 especies.

Siguen vigentes 32, de las cuales 3 deberían renovarse este año, y la Sader se apresta a declarar una nueva, parcial temporal, denominada Actam Chuleb, frente a los municipios de San Felipe y Dzilam de Bravo, Yucatán.

Rivas destaca que hay comunidades de pescadores, que están trabajando muy duro, como las de El Cuyo y Celestún, en Yucatán, para transitar de una pesquería que era en gran parte ilegal a una ordenada.

Sin embargo, lamenta, reciben poco respaldo de la Conapesca.

“Ese ha sido el principal escollo que hemos encontrado para que estos temas avancen, ya sea en la Península de Yucatán o a nivel nacional. Tenemos una Conapesca que está totalmente ausente, inactiva, que no tiene una preocupación mayor por los esfuerzos que hacen las comunidades”, señala.

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