- Clausurada en noviembre del año pasado tras un operativo por presuntas irregularidades, la plaza Izazaga 89 ha reabierto sus puertas.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- Son las diez de la mañana y el bullicio en la plaza Izazaga 89 comienza a subir de tono. Carritos cargados de cajas, bolsas con ropa etiquetada en mandarín, altavoces encendidos con música de moda y un ir y venir de comerciantes que, tras meses de incertidumbre, finalmente respiran aliviados.
La mega plaza —clausurada en noviembre del año pasado tras un operativo por presuntas irregularidades— ha reabierto sus puertas, y con ella regresan también los anhelos de quienes dependen de su movimiento diario para sobrevivir.
En los pasillos aún se percibe cierto nerviosismo. “Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar honradamente”, dice, con voz firme, una vendedora de productos electrónicos mientras acomoda audífonos y bocinas en los estantes. “Pagamos nuestros impuestos y todos tenemos derecho a un trabajo digno. Que sean empáticos con nosotros, que recuerden que están al servicio de la nación”, añade mientras atiende a su primer cliente del día.
El eco de su llamado no es individual. Desde la cuenta de X @LocatariosMex, los trabajadores del lugar han insistido en que sus productos cuentan con respaldo legal. “Yo trato con puro proveedor mexicano que me da mis facturas y puedo comprobar cada cosa que se vende aquí”, afirma otro locatario en un video que circula en redes, como parte de una campaña de recuperación de confianza.
Durante el recorrido, es evidente que el regreso no ha sido total. Algunos locales siguen cerrados, con cortinas a medio subir, otros apenas están desempolvando vitrinas. Pero el movimiento ya es visible. Hay puestos repletos de ropa, juguetes, electrodomésticos, cargadores, licuadoras, lámparas, adornos de temporada. La mayoría de los productos tienen algo en común: etiquetas con caracteres chinos.