- En la entidad se transforma la alimentación escolar para combatir la obesidad infantil con opciones saludables en planteles públicos de educación básica, pero piden apoyo de las familias.
JOSÉ CAB
MÉRIDA, YUC.- La secretaría de Educación de Yucatán (Segey) trabaja de la mano con madres, padres y tutores de los alumnos para impulsar una nueva cultura de alimentación saludable en las escuelas públicas de nivel básico.
El objetivo de la estrategia es mejorar los hábitos alimenticios y frenar el avance de la obesidad infantil en el estado.
El titular de la dependencia, Juan Balam Várguez, informó que el plan responde a la prohibición de venta de comida chatarra en planteles escolares, que impide comercializar productos ultra procesados, con altos niveles de grasa, azúcar, sodio y harinas refinadas, desde el 29 de marzo pasado.
Aunque la ley ha sido gradual, reconoció la buena disposición de directivos y familias para ajustarse al cambio.
“Sabemos que al principio hay resistencia, pero lo importante es el bienestar de nuestras niñas y niños”.
El servidor público destacó que las cooperativas escolares ya están ofreciendo alimentos saludables, sin dejar de ser una fuente de ingresos económicos importante para los planteles.
Otra propuesta consiste en retomar modelos alimenticios tradicionales, como el de los pueblos originarios, en los que predominaban productos naturales y nutritivos.
“Tenemos que volver a lo natural, a lo que nos alimentaba de forma sana desde nuestros orígenes”.
Desde la entrada en vigor de los cambios legales, la Segey ha trabajado escuela por escuela, adecuando la aplicación de la norma a cada comunidad educativa.
En este proceso ha sido fundamental el programa de desayunos escolares, que ya ofrece alimentos alineados con los nuevos criterios nutricionales.
Se ha pedido también a las familias que refuercen el cambio de hábito alimenticio desde casa, enviando refrigerios saludables a los estudiantes.
En una segunda etapa de la estrategia gubernamental, se buscará regular la venta de comida chatarra en los alrededores de las escuelas, incluyendo a los vendedores ambulantes. “La transformación alimentaria debe ir más allá del plantel”, concluyó.