- De cara al inicio de la temporada de lluvias, ocho presas gestionadas por la Secretaría de Gestión Integral del Agua en el poniente de la Capital acumulan residuos sólidos.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- De cara al inicio de la temporada de lluvias, ocho presas gestionadas por la Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua) en el poniente de la Capital acumulan residuos sólidos, lo que muestra la falta de labores de desazolve, lo que compromete su capacidad para desalojar caudales.
Entre las cañadas que descienden de la Sierra de las Cruces y el Desierto de los Leones, en la Alcaldía Álvaro Obregón, se reparte un sistema de 14 presas cuya función en temporada de lluvias es retener los volúmenes y evitar que estos colapsen las tuberías del drenaje.
Los cúmulos de desechos se concentran sobre las cortinas y las estructuras que deberían estar despejadas para permitir el flujo, ante el riesgo de inundaciones durante las tormentas.
Juan Pacheco es vecino de la Presa Mixcoac. Ante la falta de labores de desazolve por parte de las autoridades, se organiza con otros habitantes para limpiar la infraestructura.
“Para que corra el agua y no se desborde, nos metemos a limpiar las rejillas, lo tenemos que hacer nosotros, porque tiene como dos años que no vienen a desazolvar”, contó.
REFORMA recorrió 8 presas del poniente. Todas estaban cubiertas por una capa de desechos formada por plásticos, botellas, envases de cartón, aluminio, papeles, llantas, cascajo y hasta muebles.
Después de pasar entre los pueblos de San Bartolo Ameyalco y Santa Lucía, el Río Mixcoac desciende hacia la presa del mismo nombre, ubicada entre las calles Perdiz y La Presa. Los vecinos recorren estas vialidades, así como la cortina de concreto del embalse.
El panorama es de aguas grises en ese punto.
En la Presa Becerra C -conocida por los vecinos como San Francisco- se han realizado jornadas de limpieza por parte de la Alcaldía y el Gobierno de la Ciudad, sin embargo, pese a los esfuerzos, la basura vuelve a acumularse sobre el agua y los senderos peatonales.
“Vinieron a quitar el azolve, pero dejaron el lodo a un lado, limpian la presa para que funcione, pero toda la basura de alrededor se queda, los mismos vecinos la echan cuando se van a trabajar”, explicó Valeria Eslava, habitante de la zona.
En junio de 2023, un puente que llega a la Presa San Francisco colapsó por la corriente que se formó tras las lluvias intensas por lo que debió ser reconstruido. A su alrededor se colocaron rejas que retienen los desechos.
Entre asentamientos irregulares, el río de la Barranca Tarango llega a la presa del mismo nombre, en donde la basura es parte del paisaje cotidiano.
“El olor es lo de menos, cruzar por aquí siempre es de miedo y eso que siempre hay una patrulla”, mencionó el vecino Luis Cortés quien cruzó la cortina de la presa en moto.
Aun cuando la función de las presas, incluidas Las Flores, Becerra B, Tequilasco, es captar lluvias intensas y en las horas posteriores desahogar los caudales retenidos, para los vecinos son rutas peatonales caracterizadas por la basura y las aguas grises.
Aislada por bardas, la presa Anzaldo, ubicada al cruce de Periférico y Luis Cabrera, acumula desechos que pasan desapercibidos, en tanto las presas Tacubaya y Ruiz Cortines, con obras en proceso, exhiben menores acumulaciones.