Por KUKULKÁN
LA POLÍTICA mexicana está viviendo tiempos de sobriedad forzada. Claudia Sheinbaum, presidenta de la República, ha lanzado un mensaje contundente desde Palacio Nacional: en Morena no hay cabida para la ansiedad electoral disfrazada de trabajo territorial. Y para los que ya empezaban a desfilar con sonrisa de campaña y discursos de unidad en pleno 2025, la advertencia fue clara: basta de anticiparse, basta de desviar la atención. Morena no puede traicionar los principios que predica. “No mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, repitió Sheinbaum como un mantra, pero con un filo que no pasó desapercibido.
LA GOTA que colmó el vaso se llamó Andrea Chávez, senadora por Chihuahua, que muy campante se había adelantado en la contienda por la gubernatura de su estado. Claudia no dudó en frenar en seco el impulso y girar instrucciones para que la dirigencia nacional del partido fije de una buena vez reglas claras para quienes tienen aspiraciones. Porque si algo está quedando claro es que la presidenta no permitirá que los vicios del pasado vuelvan por la puerta de atrás. Así que envió una carta a la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde solicitando poner orden dentro del partido.
HACE unos meses, en Quintana Roo la propia gobernadora Mara Lezama con igual firmeza y estilo propio, hizo lo mismo desde su trinchera. Al iniciar 2025, el calor electoral se empezó a sentir con fuerza en el Caribe, donde ya había más de un morenista midiendo su popularidad, sacando encuestas de encargo y agendando reuniones “casuales” con simpatizantes. La sucesión estatal de 2027 todavía está lejos, pero los tambores suenan. Demasiado pronto. Por fortuna, alguien tenía que poner orden. Y esa fue, con todo el derecho que le da el cargo, la gobernadora.
CON un mensaje directo, sin vueltas ni diplomacia innecesaria, Mara recordó a los suyos que aún hay gobernadora en funciones y un estado entero por gobernar. Lo dijo en el chat de WhatsApp donde conviven morenistas de toda índole: “Todos pueden aspirar y eso es maravilloso, pero hoy hay gobernadora y un mundo de cosas por hacer”. Traducido al lenguaje político: guarden las pancartas, bajen los decibeles y pónganse a chambear. Serenidad y paciencia, fue el subtexto.
TANTO la presidenta de la República como la gobernadora caminan en la misma ruta. Ambas decididas a que la transformación no se contamine con la ansiedad electoral. Sobre todo mientras hay pendientes urgentes en seguridad, salud, educación y justicia social, pensar en campañas anticipadas es no sólo una falta de respeto a los tiempos legales, sino una traición a la confianza de los votantes. Los aspirantes harían bien en tomar nota.
LA LÍNEA está trazada desde la cima del poder: nada de jugar al adelantado. Quien quiera ser candidato en 2027 tendrá su oportunidad… cuando llegue el momento. Antes, deberán demostrar con hechos que están listos para gobernar, no sólo para ganar. Y si eso no queda claro con las palabras, bastará con ver el temple de quienes hoy ostentan el poder: Claudia y Mara, cada una con su estilo, han dejado claro que en el nuevo Morena las reglas se cumplen y los tiempos se respetan. Todos pueden soñar, pero mientras tanto, a trabajar.