- Daniel Esquenazi Beraha explica que esta tendencia no sólo responde a un interés estético, sino a beneficios medibles.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
En un mundo donde las personas pasan el 90% de su tiempo en interiores, de acuerdo con un estudio de la EPA, el diseño biofílico se presenta como una estrategia para conectar los espacios construidos con la naturaleza. Según expertos en el tema como Daniel Esquenazi Beraha, este enfoque arquitectónico no sólo mejora el bienestar humano, sino que también fomenta la sostenibilidad.
El término “biophilia” surge de los escritos de Erich Fromm y Edward O. Wilson, quienes señalaron la necesidad innata del ser humano de conectarse con la naturaleza.
En arquitectura, esta filosofía se traduce en integrar elementos naturales, como luz, ventilación y materiales orgánicos en los edificios. Según datos de Global Market Insights, el mercado global de diseño biofílico alcanzará un valor de 3.14 mil millones de dólares para 2028, con un crecimiento anual compuesto del 10.2%.
Daniel Esquenazi Beraha explica que esta tendencia no sólo responde a un interés estético, sino a beneficios medibles.
“La implementación de diseño biofílico en espacios urbanos reduce el estrés, mejora la productividad y genera un impacto positivo en el medioambiente”, señala.
Algunos proyectos recientes ilustran cómo el diseño biofílico redefine los entornos construidos. El Salesforce Tower en Chicago combina oficinas con áreas verdes, mientras que el aeropuerto de San Francisco integra sistemas de ventilación natural y luz solar en sus instalaciones.
Esquenazi Beraha enfatiza que estas iniciativas no sólo embellecen los espacios, sino que promueven la resiliencia urbana frente a fenómenos climáticos como olas de calor y tormentas.
Estudios del WELL Building Institute refuerzan esta perspectiva: el 84% de los encuestados considera que el diseño biofílico mejora el bienestar en el lugar de trabajo.
Incluso, investigaciones de Exeter University indican que la simple adición de plantas puede aumentar la productividad en un 15%.
Además, el diseño biofílico no sólo es relevante en oficinas y aeropuertos, sino que está transformando hospitales y escuelas. En Austin, Texas, el nuevo campus del Texas Children’s Hospital utiliza materiales locales y vistas al exterior para reducir los tiempos de recuperación de los pacientes.
Estas prácticas, según Daniel Esquenazi Beraha, ejemplifican cómo la arquitectura puede ser un agente de cambio tanto social como ambiental.
Al mirar hacia el futuro, Daniel Esquenazi Beraha destaca que la clave estará en adoptar estrategias sostenibles.
“La incorporación de techos verdes, sistemas pasivos de ventilación y materiales reciclables debe convertirse en una norma en la planeación urbana”, afirma.
Las tendencias actuales muestran que esta integración de lo natural en lo construido tiene el potencial de transformar la experiencia humana en los entornos urbanos.
Más allá de sus beneficios inmediatos, fomenta una conciencia ambiental que puede influir en futuras generaciones.