- Misiones extremas le sobran a Ana de la Reguera en su carrera.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Misiones extremas le sobran a Ana de la Reguera en su carrera, pues ha peleado con zombis (El Ejército de los Muertos), luchado por sobrevivir en un Estados Unidos sin ley (La Purga Por Siempre) y hasta enfrentado sus temores más personales en su propia serie (Ana).
Pero al hablar de Doce Lunas, su nueva película dramática, con la que competirá en junio en el Festival de Tribeca, la protagonista y productora remarca que nunca había sido tan exigida como en esta historia sobre las presiones a las mujeres.
“Terminamos y me quedé un rato sin hacer nada, porque me drenó más de lo que normalmente un proyecto lo hace”, recordó la veracruzana de 48 años, en entrevista.
En esta ocasión, la estrella de filmes como Nacho Libre y ¡Que Viva México! se puso en la piel de una mujer que carga con los estándares del éxito, una crisis matrimonial y un desinterés del mundo por su salud mental.
Victoria Franco, quien ha producido largometrajes de su hermano Michel (como Memoria), fue quien escribió y dirigió el personaje de De la Reguera, Sofía, una arquitecta que arrastra pérdidas e incertidumbre sobre su futuro.
“Hacia afuera, lo puede tener todo, ama su trabajo, pero siempre se siente como una extraña en la sociedad, dejada fuera por no cumplir las normas sociales, específicamente el ser madre. Su marido está esperando eso de ella y si no, hay una decepción. Ella carga con eso y empieza a caer en depresión.
“Nadie entiende por qué se siente triste, todo el mundo le dice: ‘sigue intentando’, pero ella no sabe si es lo correcto, no sabe si está en una relación correcta. Además, tiene un carácter con problemas de adicción. Todos esos ingredientes se juntan y hacen un personaje muy interesante de interpretar”, detalló.
De la Reguera quedó encantada por el guion desde el principio, pero tenía sus dudas de aceptar el papel, ya que desconocía cómo se abordaría y si Doce Lunas sería un proyecto pretencioso.
Pero cuando se reunió con Franco, la realizadora le mostró un lado humilde y sencillo al asegurarle que no siempre sabría por dónde llevar al personaje y eso habría que descubrirlo juntas, lo que llevó a la actriz a cuestionamientos personales.
“Siempre se nos da esa presión extra a las mujeres. A mi personaje le duele de una manera muy profunda y yo he sentido esa presión. Afortunadamente, estoy muy bien con eso, no he estado con alguien por estar o no tenido hijos sólo porque es lo que la gente quiere de ti. Pero a mujeres que tienen una vulnerabilidad, las destrozas.
“Con Ana (su serie), quería contar con humor cosas que me estaban pasando que, al final, son muy parecidas: Llegar a los 40, la relación con tu madre, sentir que la tienes que hacer, la presión de volverte invisible con la edad. Me llega directamente y por eso quise producir esta película, ser parte de todo el proceso”, dijo.
La mexicana, quien hace meses triunfó en la taquilla con la película Una Pequeña Confusión, remarcó que disfruta mucho el balance, por lo que tras el drama Doce Lunas ya trabaja en un proyecto cómico que codirige y produce.