- Michelle Valadez fue seguida por dos hombres en una motocicleta desde que caminaba por el Eje Central Lázaro Cárdenas.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Michelle Valadez fue seguida por dos hombres en una motocicleta desde que caminaba por el Eje Central Lázaro Cárdenas.
Antes de las 17:00 horas, cruzó el Eje hasta encontrarse frente al restaurante Toks de la Avenida Othón de Mendizábal, en la Colonia Nueva Industrial Vallejo, Alcaldía Gustavo A. Madero.
Ahí, uno de los asesinos la alcanzó y le disparó dos veces en la cabeza. La mujer, de 36 años, cayó al suelo y el sujeto volvió a balearla.
“Los morros eran muy jóvenes, se escucharon los plomazos… luego se fueron muy lento, como en cámara lenta, para allá (en sentido contrario)… pero uno le dijo ‘no, vete por el otro lado’ y se regresaron por la otra calle. La gente se tiró, yo agaché la mirada porque me dio miedo”, contó un testigo.
El feminicidio se cometió a las 16:45 horas aproximadamente y los responsables llevaban una mochila de repartidor. Ella iba sin compañía.
Valadez era la presidenta de la Asociación Civil Grupo Fortaleza, que tiene como agremiados taxistas, transportistas y comerciantes, según sus redes.
Ella tomó la titularidad desde agosto de 2023 en este gremio que, sobre todo, hacía eventos en la zona norte de la Ciudad. Bailes, comidas, actos con fines de apoyo a políticos.
Tras el crimen, las autoridades supieron que se trató de un crimen directo y las versiones preliminares señalan que pudo haber sido víctima de extorsión.
La presidenta tenía dos princesas, sus hijas de no más de 8 años.
Las pequeñas llegaron a la escena del crimen con una mujer mayor a bordo de un automóvil gris; cruzaron el camellón hacia las patrullas corriendo tan rápido como pueden dos niñas. Una vestida como Blanca Nieves con tenis que prendían con los pasos y otra con un conjunto rosa brillante.
Una de sus familiares se acercó a ellas y de repente soltaron a llorar a gritos.
“¡Mamá, mamá, quiero ver a mi mami!”, decían y manoteaban a los adultos que intentaban detenerlas.
“¡Suéltame, déjame!”, gritaban.
Un hombre vestido de rojo, que aparentemente era pareja de Michelle, las abrazó e intentó calmarlas, pero una de ellas lo golpeaba.
“Quiero ver a mi mami”, decía.
Lloraron 15 minutos seguidos. La gente no soportó escucharlas, hicieron las caras de lado, guardaron los celulares.