- La implementación de programas y planes de manejo hídrico estuvieron marcadas por una baja eficiencia.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Debido a la poca coordinación institucional y a la falta de recursos, la implementación de programas y planes de manejo hídrico estuvieron marcadas por una baja eficiencia durante la Administración anterior.
Así lo estableció una evaluación externa realizadas por especialistas y miembros de la academia sobre las políticas ambientales de la Ciudad.
El diagnóstico, que forma parte de los análisis que coordina el Consejo de Evaluación de la CDMX, se centró en acciones del sexenio pasado, específicamente, en el manejo de agua potable.
Enfocada a la gestión del extinto Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), la evaluación estuvo a cargo del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales del Colegio de México, bajo la coordinación de Judith Domínguez, quien señaló que el organismo se caracterizó por tener una política reactiva dedicada solamente a atender las urgencias cotidianas.
“La planificación de mediana y largo plazo es el talón de Aquiles que pudimos documentar, cuando debería de ser vital para la planeación ambiental, sobre todo, para incorporar escenarios de cambio climático; el Sacmex atendía el día a día y era muy operativo, además de los limitantes presupuestarios”, aseguró.
La investigadora señaló que el principal reto para la evaluación fue la fragmentación de la información y datos proporcionados por el Sistema de Aguas, así como la falta de monitoreo a indicadores de calidad, en donde solo se registraron datos de seguimiento en 17 de los 57 indicadores con los que cuenta el organismo.
Sobre los principales resultados, Domínguez destacó la cobertura desigual en el abastecimiento del agua, además de un alto nivel de pérdidas del líquido.
“Queríamos transmitir la idea a los ciudadanos en dos aspectos importantes, qué tan grave es el problema, y nos aventuramos a proponer dos índices integrados con la información disponible de Sacmex, y le dimos una calificación del 1 al 10”, detalló.
“Para la seguridad hídrica, viendo los conceptos de riesgo y resiliencia, financiamiento, disponibilidad, demanda, el índice nos arroja una calificación 5.8 especialmente por la sostenibilidad ambiental, porque no pudimos documentar grandes acciones en este sentido”.
Domínguez agregó que el otro indicador, referente al derecho humano al agua, aunque alcanzó una calificación aprobatoria de 6.6, también arrojó una deficiencia en la igualdad de acceso y la calidad.
Y EVALÚAN CIUDAD SOLAR
Otra de las evaluaciones se enfoca en el ahorro energético, específicamente en la implementación del programa Ciudad Solar, cuyo objetivo era la capacitación e instalación de paneles fotovoltaicos, calentadores solares e impulsar una estrategia de transición energética.
Berta De Buen, especialista independiente, señaló que dicho plan no alcanzó las metas previstas.
“Los principales resultados del programa fue que no se alcanzaron las metas previstas en ninguna de los ejes por factores importantes como el Covid, que hizo que se reorganizaran a sus recursos, además, al ser un programa interinstitucional, desde el principio de la planeación, no se coordinaron para fijar las metas y compromisos que tendrán que tener cada uno de los actores”, dijo.