- Derivado de un análisis en cuerpos de agua del norte de Quintana Roo, se detectaron microplásticos y oxibenzona, un químico común en bloqueadores solares que se ha relacionado con daños a corales, peces y otras especies marinas.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.- Derivado de un análisis en cuerpos de agua del norte de Quintana Roo, se detectaron microplásticos y oxibenzona, un químico común en bloqueadores solares que se ha relacionado con daños a corales, peces y otras especies marinas.
Los días 2 y 3 de junio, el equipo técnico de Centinelas del Agua efectuó una jornada intensiva de monitoreo ambiental en esta zona, con la finalidad de evaluar la calidad del agua en diversos cuerpos hídricos clave para la salud de los ecosistemas y las comunidades locales.
Durante la campaña se recolectaron 116 muestras de agua en 30 puntos estratégicos, entre ellos: ocho sitios costeros en la isla de Holbox, tres ojos de agua, dos sistemas de captación de lluvia y 17 estaciones dentro de la laguna de Yalahau.
Los análisis realizados incluyen parámetros fisicoquímicos tradicionales, como niveles de oxígeno disuelto, salinidad, y presencia de coliformes fecales, así como indicadores biológicos.
Sin embargo, uno de los aspectos más innovadores de esta jornada fue la incorporación de contaminantes emergentes en la evaluación, como microplásticos.
También la oxibenzona, un químico común en bloqueadores solares que se ha relacionado con daños a corales, peces y otras especies marinas.
“La incorporación de estos contaminantes emergentes nos permite tener una visión más completa del estado actual de los cuerpos de agua y los riesgos que enfrentan. Esto es especialmente importante en una región donde el turismo y el crecimiento urbano ejercen una creciente presión sobre los ecosistemas y las fuentes de agua dulce”, explicó el equipo técnico de Centinelas del Agua.
La iniciativa cuenta con el respaldo científico de investigadores de la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y del Laboratorio Costero de la UNAM en Sisal.
Esta colaboración fortalece el rigor técnico del proyecto y fomenta la articulación entre la Sociedad Civil, la academia y las comunidades locales.
Esta actividad forma parte de un programa integral de vigilancia ambiental que busca impulsar políticas públicas basadas en evidencia, promover prácticas turísticas responsables y alentar la participación ciudadana en la protección del recurso hídrico.
La laguna de Yalahau, junto con los cuerpos de agua de Holbox y sus alrededores, constituye un ecosistema frágil de gran biodiversidad, esencial para la recarga de acuíferos y el mantenimiento de humedales costeros.
La calidad del agua en estos sistemas no solo refleja el estado del medio ambiente, sino que también influye directamente en la calidad de vida de las poblaciones locales.