Sergio León Cervantes
La guerra entre Irán, Israel y Estados Unidos ya rompió la geopolítica: el Estrecho de Ormuz fue cerrado. Más del 20 % del petróleo mundial cruzaba por ahí.
El precio del barril ya supera los 100 usd y podría alcanzar los 150. Aunque México exporta crudo, importa combustibles, gas y logística global.
El impacto será directo: más inflación, transporte más caro, y presión sobre el crecimiento económico.
Quintana Roo no es ajeno. Los costos de operar hoteles, transportar alimentos, ofrecer tours o mover mercancías ya están subiendo.
La industria turística —que representa más del 87% del PIB estatal— se verá afectada. Vuelos más caros, paquetes menos accesibles y visitantes que podrían pensar dos veces antes de viajar.
La percepción de crisis global no necesita explotar aquí para afectar nuestras playas.
¿Qué hacer? En el corto plazo, incentivar el turismo nacional y regional, contener precios internos con alianzas estratégicas y evitar especulación.
En el mediano, invertir en energías limpias, “eficientar” el transporte local y fortalecer cadenas de suministro internas.
Y a largo plazo, posicionar a Quintana Roo como destino resiliente ante un mundo incierto.
Una guerra lejana ya llegó al Caribe mexicano. La pregunta no es si afectará, sino cuánto y por cuánto tiempo.
¡Hasta la próxima semana, con nuevos retos y oportunidades!
Sin miedo a la cima, que el éxito ya lo tenemos.
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