- El asesinato del productor y líder limonero Bernardo Bravo, ventiló el entramado criminal que desde hace más de una década mantiene bajo amenaza a los citricultores.
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CIUDAD DE MÉXICO.- El asesinato del productor y líder limonero Bernardo Bravo, en Apatzingán, Michoacán, ventiló el entramado criminal que desde hace más de una década mantiene bajo amenaza a los citricultores y aguacateros de la región de Tierra Caliente que es disputada por cinco cárteles.
En 2013 los Templarios tenían bajo su dominio a aguacateros y limoneros con el cobro de cuotas.
En el caso del limón se pagaba al menos dos pesos por kilo de fruta cortada.
Los productores relatan que el mecanismo de sometimiento es doble pues pagan una cuota al cártel grande, principalmente “Los Viagras”, y otra a grupos locales como “Los Templarios”, que exigen un segundo cobro “por derecho de piso rural”.
“Nos cobran por sacar el limón, por venderlo y hasta por cargarlo al camión. Si no pagas, te desaparecen”, dijo un productor a REFORMA.
Igual con el aguacate donde la extorsión es al productor, al empacador y al transportista, según denuncias.
Aún con el despliegue de autoridades federales y estatales, trece años después cinco grupos del crimen organizado se disputan el control de la producción, el comercio y la extorsión de esos productos.
De acuerdo con fuentes ministeriales ahora el asedio recae en “Los Viagras” y su brazo operativo “Los Blancos de Troya”.
“Los Viagras” nacieron como una escisión de “Los Caballeros Templarios” en 2013, lo lideran los hermanos Sierra Santana: Nicolás Sierra Santana, “Gordo” o “Viagra”; Francisco, Mariano y Gabino. Apatzingán y Buenavista es su bastión, un punto estratégico, en los límites con Jalisco, una zona clave en la producción y tráfico de metanfetamina.
También están “Los Templarios”, que comenzaron a operar en Jalisco y luego, con la extinción de autodefensas y la creación de la Fuerza Rural en 2014 encontraron el pretexto perfecto para reagruparse, conseguir armas y legitimidad.
En 2018, Juan José Farías, “El Abuelo”, entonces operador del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) rompió con esa organización y creó el “Cártel de Tepalcatepec”, para combatir a “Los Viagras” y “Los Templarios”.
Aparte sigue su operación el CJNG que en algunas localidades tiene alianzas con “Los Viagras”. Principalmente en Buenavista y la tenencia de Felipe Carrillo Puerto (La Ruana), epicentro de la extorsión limonera. Además, operan en la región “Cárteles Unidos”, una red de pequeñas escisiones.
En medio de ese impune poder criminal Bernardo Bravo, fue el principal promotor de la instalación de un cuartel militar inaugurado en febrero pasado con una inversión de 13 millones de pesos con capacidad para 44 elementos. A ello se suman más de 500 elementos federales y estatales desplegados en la región.
Bravo fue asesinado como su padre, “Don Berna” quien fue secuestrado, torturado y muerto hace casi una década, tras negarse a pagar las cuotas impuestas por células criminales que exigían cantidades millonarias.